El compositor Juan de Anchieta (n. Azpeitia, 1462—m. Azpeitia, 1523) fue cantor en la capilla real de Isabel la Católica (1489-1495), maestro de capilla de su hijo, el príncipe Juan (1495-1497) y —tras la muerte de Isabel en 1504— capellán y cantor de su hija Juana la Loca. Anchieta viajó a Flandes como miembro del séquito de Juana y también pasó por Inglaterra durante el viaje de vuelta en 1506 junto con la capilla de su marido, Felipe el Hermoso, a la que pertenecían compositores tan prestigiosos como Pierre de la Rue y Alexander Agricola. Por una declaración de Carlos V de 1519 se sabe que Anchieta dejó de servir a Juana en Tordesillas ese año debido a la avanzada edad del músico, y poco después se retiró. La presencia significativa de obras de Anchieta en un manuscrito de la Catedral de Segovia, que contiene abundante repertorio franco-flamenco, indica no sólo el liderazgo de Anchieta entre los compositores españoles de música religiosa de la época, sino también que probablemente sus conexiones internacionales podrían remontarse a un período anterior a su contacto con la capilla flamenca de Felipe el Hermoso. La obra de Anchieta como compositor incluye tres misas, dos Magnificat, cuatro pasiones, alrededor de catorce motetes (algunos de atribución dudosa) y cuatro obras en castellano.
La Capilla Peñaflorida presenta en este disco la primera grabación de la Missa de Nostra Dona de Juan de Anchieta a partir de la única fuente que transmite esta obra: el manuscrito Barcelona, Biblioteca de Catalunya, M. 454, de principios del siglo XVI (ed. Emilio Ros-Fábregas). la Missa de Nostra Dona es además una obra singular, debido a que incluye tanto las habituales secciones polifónicas del ordinario de la misa (Kyrie, Gloria, Sanctus, Agnus Dei) como otras del propio de la misa (Introito, Gradual, Alleluia, Ofertorio y Comunión) para las fiestas de la Virgen María. La ausencia del Credo no significa que el ordinario esté incompleto, ya que en las misas que no se celebran en domingo o en ciertas festividades no se reza o canta esa oración. Los distintos movimientos de que consta la Misa de Nostra Dona aparecen en el siguiente orden litúrgico: Introito (Salve Sancta parens); Kyrie (con el tropo Rex virginum); Gloria (con el tropo Spiritus et alme); Gradual (Benedicta et venerabilis con el verso Virgo Dei genitrix); Alleluia (Dulcis mater); Ofertorio (Felix namque es); Sanctus (con el tropo Pater per omnia); Agnus Dei; y Comunión (Beata viscera). Esta grabación de la Misa de Nostra Dona de Juan de Anchieta también incluye las correspondientes secciones complementarias de canto gregoriano (como el Kyrie Rex virginum) tomadas de un cantoral de la Catedral de Barcelona consultado por Josep Cabré, director de la Capilla Peñaflorida.
La Missa de Nostra Dona presenta un problema interesante de transmisión, ya que algunos de sus movimientos aparecen también en el manuscrito Tarazona, Archivo de la Catedral, Ms. 2/3, y en el ya citado de Segovia. El Kyrie y el Gloria se encuentran en Tarazona 2/3 como parte de una misa con Credo atribuida a Anchieta, pero cuyo Sanctus y Agnus Dei están atribuidos al compositor portugués Pedro de Escobar (n. Porto, 1465—m. Évora, después de 1535). Esta circunstancia sugiere o bien que el copista de Tarazona 2/3 reunió movimientos del ordinario de la misa que estaban dispersos, o bien que esta obra fue el resultado de la colaboración profesional entre Anchieta y Escobar (ambos coincidieron en las capillas musicales de los Reyes Católicos). Esa misa de Anchieta/Escobar, conocida como Missa Rex virginum y publicada por Higinio Anglés en los Monumentos de la Música Española (vol. I, pp. 35-46) tal como aparece en Tarazona 2/3, ya fue grabada por la Capilla Peñaflorida; (CD K617178 / HM90). En el manuscrito de Segovia se encuentra sólo el Gloria y el Credo de esa misa, pero curiosamente en orden inverso. En la edición de las obras completas de Anchieta, Samuel Rubio editó el Kyrie, Gloria y Credo según el manuscrito Tarazona 2/3 y, por separado, como obra de atribución dudosa, el Introito Salve sancta parens que aparece en Barcelona M. 454. Sin embargo, la unidad de toda la Missa de Nostra Dona tal como aparece en Barcelona M. 454 es clara, especialmente si tenemos también en cuenta que en el manuscrito esta obra ocupa el tercer lugar en un grupo de cuatro misas polifónicas junto a las de Antoine Brumel (Missa Sine nomine), Johannes Ockeghem (Missa Au travail suis) y Antoine Busnoys (Missa L´homme armé).
La Salve de Anchieta aparece inmediatamente después de la Missa de Nostra Dona en el índice de Barcelona M. 454 a pesar de no haberse copiado consecutivamente en el interior del manuscrito. Esto indica la conexión litúrgica entre ambas obras que probablemente el copista del índice quiso establecer, puesto que era tradicional al finalizar las misas dedicadas a la Virgen cantar La Salve, especialmente desde Pentecostés hasta la época de Adviento. Por este motivo es apropiado incluir en la grabación La Salve de Anchieta en la versión que aparece en Barcelona M. 454 (ed. E. Ros-Fábregas). Esta versión es similar a la que aparece en los manuscritos Barcelona M. 681 y Tarazona 2/3, pero presenta algunas variantes con respecto a la versión del manuscrito Sevilla 5-5-20. La presencia de Anchieta en varios manuscritos que cubren un amplio periodo cronológico sugiere que esta obra gozó de cierta popularidad entre las capillas musicales españolas del siglo XVI. La interpretación alternatim típica de la época combina el canto llano de las estrofas impares con la polifonía de Anchieta en las estrofas pares.
Completan el disco las cuatro obras que se conocen de Juan de Anchieta en lengua vernácula; todas se encuentran en el Cancionero Musical de Palacio (Madrid, Real Biblioteca, II-1335) y tres de ellas se interpretan en esta grabación sólo con instrumentos. Sorprende que dos de las cuatro obras (Con amores, mi madre y Dos ánades, madre) estén escritas en la poco frecuente mensuración quinaria (transcrita al compás moderno de cinco). Con amores, mi madre (4vv) es un villancico de estructura muy sencilla en el que el bajo se mueve paralelamente al soprano a distancia de décima y la copla repite los tres primeros compases del estribillo; sin embargo, el desplazamiento de acentos, debido a las continuas síncopas y al irregular compás de cinco, le proporciona cierta sofisticación rítmica que tal vez quiera ilustrar la ensoñación y devaneos amorosos de la protagonista del poema. Tal como comenta José Romeu Figueras, Anchieta probablemente utilizó en Dos ánades, madre la melodía de un cantarcillo popular, aunque no eran dos, sino tres los ánades a los que alude la expresión que seguía utilizándose un siglo después; según Covarrubias (Tesoro de la lengua castellana o española, 1611), “Para decir que uno va caminando alegremente, sin que sienta el trabajo, decimos que va cantando Tres ánades, madre.” La expresión “cantando Tres ánades, madre” fue citada, con ese y otros propósitos, por Mateo Alemán (Guzmán de Alfarache, 1599), Cervantes (La ilustre fregona, 1614), Quevedo (Cuento de cuentos, 1626) y Calderón (Con quien vengo, vengo). Curiosamente, la irregularidad rítmica del compás de cinco supone una cierta dificultad en su interpretación que contrasta con la idea de facilidad y despreocupación con la que se supone se realiza toda actividad que acompaña, al cantar, Tres ánades, madre. Donzella, Madre de Dios (3vv) tiene el carácter de una oración ante la contemplación de la Pasión de Cristo para que María sea guía e intercesora de los creyentes. En memoria d´Alixandre (4vv) es un romance que hace referencia, por una parte, a la embajada del Gran Turco a los Reyes Católicos en 1489 —en la que se amenazaba con perseguir a cristianos de Palestina y destruir los Santos Lugares si proseguía la guerra de Granada— y, por otra, a la creencia popular de que Isabel y Fernando estaban destinados a conquistar Tierra Santa.
La música de Juan de Anchieta no se interpreta a menudo, por lo que la presente grabación ofrece una magnífica oportunidad para acercarnos al paisaje sonoro de la corte castellana de Isabel la Católica y su hija Juana a través de uno de los compositores españoles más ilustres y representativos de su capilla musical.
Emilio Ros Fábregas
“MISSA DE NOSTRA DONA”
Juan de Anchieta, ca. 1462-1523
1. “Con amores la mi madre” (instrumental) (1)
2. Introitus: Salve Sancta Parens (2) Psalmus: Eructavit cor meum
3. Kyrie: Rex Virginum-Christe: Deus Patre-Kyrie: O Paraclite (2)
4. Gloria: Spiritus et alme (2)
5. Graduale: Benedicta et venerabilis (2) V.: Virgo Dei genitrix (2)
6. Alleluia: V.: Dulcis mater (2)
7. “Donsella madre de Dios” (1)
8. “En memoria d'Alixandre” (órgano) (1) (3)
9. Offertorium: Felix namque es (2)
10. Sanctus – Benedictus (2)
11. Agnus Dei (2)
12. Communio: Beata viscera (2)
13. “Dos ánades madre” (instrumental) (1)
14. Salve Regina (2)
(1) Transcripción de Samuel Rubio
(2) Transcripción de Emili Ros Fábregas
(3) Disminuciones de Carlos García Bernal
“Juan de Anchieta, l´un des principaux compositeurs espagnols des années 1500, se distingue para la qualité de son inspiration.La polyphonie quíl conçoit pour la messe présente certaines parentés avec le stye des plus grands de ses contemporains franco flammands comme Josquin ou De La Rue, tout en trouvant son épanouissement Dans une économie de moyens et un sens d l´animation des texturas pleines qui n´appartiennent qu´à lui. La Capilla Peñaflorida a merveilleusement fait sienne ce langage à la fois puissant et d´une profonde ferveur. En distingant avec minutie l´habillage de chaque voix cet ensemble parvient a révèler l´orfevrerie du retail qu´anime ces contrepoints alternativement massifs ou raréfies. L´ensemble instrumental des Ministriles de Marsias contribue par ses timbres magnifiques à une certaine opulence qui souligne paradoxalement para sa majesté l´interiorité de l´inspiration d´Anchieta. L´aisance des chanteurs est quant à elle éclatante, autant dans le plaint-chant que dans les bicinia de solistes (sections en duo), don’t les plus developpés (Dans l´Alleluia Dulcis Virgo Mater) brillent d´un éclat quasi mystique. Les tempos et la direction inspirée du chef d´orchestre Josep Cabré sont d´une élégante lenteur, ce qui n´empèche pas des momentos éclatants de vye rythmique (“Sanctus”)”
(Marc Desmet. CLASSICA. Nº 121 avril 2010/****)
"La interpretación reparte por igual dosis de rigor musicológico y de brillantez, lo que confirma el buen estado de forma de la agrupación coral vasca. Disco imprescindible para conocer a un músico capital de la música española"
(Eduardo Torrico CD Compact enero 2009/Disco Recomendado)
"JOYAS DISCOGRAFICAS (...) La Capilla Peñaflorida prosigue su extraordinaria labor de investigación y presentación discográfica de la música antigua vasca y de otras cercanas a ella (...) La dirección de Josep Cabré, buen conocedor de la música del lejano pasado, aporta verosimilitud a la interpretación antigua. Este nuevo acercamiento a la obra religiosa del gran maestro vasco muestra claramente que "la música española de la época es elegante y sonora" (Bermudo, 1549)"
(Karmelo Errekatxo Periódico Bilbao noviembre 2008)
"El conjunto Capilla Peñaflorida (...) tiene una inigualable experiencia en la interpretación de obras polifónicas del renacimiento y del temprano barroco y no digamos de las de Juan de Anchieta en particular. Sus habituales colaboradores Ministriles de Marsias desarrollan al mismo nivel el papel tan característico de la interpretación de la música sacra en España (corneta, chirimías, bajón y sacabuche) como complemento a los cantantes. A este paso NB va a acabar metiendo más goles que Zarra. Goles en cultura musical, que tan necesarios son en un país pendiente casi solamente de los otros"
(José Luis Fernandez. Scherzo noviembre 2008)
"Muy brillante la lectura de la Capilla Peñaflorida, con el excepcional refuerzo de los Ministriles de Marsias. Bajo la dirección de Josep Cabré, salvan sin problema la alternancia del canto llano y el órgano o polifónico: aciertan en lo dulce y elevado, así como en lo exultante, lo grave y más emotivo de los textos litúrgicos. Unos justos comentarios de Emilio Ros-Fábregas, autor de la Transcripción de la Misa, completan un disco imprescindible hoy por hoy. No podemos dejar de recordar a dos grandes musicólogos que llevaron la obra de Anchieta a todas partes y ya nos dejaron: Samuel Rubio y Dionisio Preciado"
(Andrés Ruiz Tarzona DIVERDI)